Las especificaciones técnicas de los dispositivos no siempre suelen llevar la última palabra. La práctica demuestra una vez más, que Apple sabe hacer mucho con poco, y sabe hacerlo bien.
El nuevo iPhone 6 ha sido equipado con 1 GB de RAM, mientras que la gama alta de los dispositivos Android ostenta el doble de esa capacidad de memoria. A primera vista, pudiera parecer que los smartphones de la manzana se han quedado algo rezagados en rendimiento, y que algunos dignos contrincantes como el Galaxy de Samsung ofrecen mayores prestaciones. Sin embargo, la realidad apunta a todo lo contrario.
Precisamente, la respuesta no está en el hardware, sino en lo que se puede hacer con él. En este caso, nuestro foco de atención se centra en los respectivos sistemas operativos de cada dispositivo.
Dos formas diferentes de gestionar la memoria RAM
Cada sistema operativo gestiona la memoria RAM de manera diferente. Android reserva cierta cantidad de memoria para la ejecución de sus aplicaciones, una característica poco funcional, pues algunas de ellas realmente solo utilizan una parte de esta asignación. Esto trae como resultado, que la memoria RAM se agote al ejecutar un número reducido de aplicaciones. A su vez, este sistema influye también en la batería de los dispositivos Android, pues suelen consumir mayor energía a medida que aumenta el número de procesos en ejecución.
iOS por su parte, gestiona su capacidad de modo más eficiente, pues solamente asigna una cuota necesaria de RAM para cada aplicación y como tal, el rendimiento no logra verse afectado. De esta manera, el iPhone dispone de recursos suficientes para ejecutar juegos, clientes de mensajerías y demás aplicaciones sin notar pérdida alguna de velocidad.
Genérico vs. Particular
Independientemente del lenguaje de programación utilizado por Android o Apple, y con la intención de no suscitar debates innecesarios sobre cuál es el mejor, lo cierto es que el iPhone cuenta con la ventaja de poseer un sistema operativo desarrollado específicamente para él. Algo muy positivo, pues este tipo de sistemas nativos actúa directamente sobre los componentes de hardware, sin capas intermedias de software, lo que se traduce en una mayor velocidad y rendimiento.
Por el contrario, son varios los smartphones que incorporan Android como sistema operativo, y por tal razón, los ingenieros de Google necesitaron diseñar un sistema de tipo genérico, que pudiera responder a distintas arquitecturas de software. Tal abstracción, resultó en detrimento de las prestaciones de los dispositivos.
Razón por la cual, observamos que estos smartphones incorporan grandes capacidades de memoria. Sin embargo, en realidad, solo están tratando de compensar estas dificultades.